jueves, 18 de julio de 2013

La Virgen del Carmen volvió a su antigua morada franciscana

Como si del convento franciscano de San Lorenzo mártir se tratase, la Virgen volvió en la calurosa jornada de ayer, 17 de septiembre, a querer pisar de nuevo el suelo de este querido templo villero para acompañar y confortar a los enfermos del Hospital de la Santísima Trinidad.

A las 21:27 de la noche la Soberana Regidora dejaba tras de sí un templo que se oscurecía conforme avanzaba en su augusto caminar para salir de nuevo a la calle, como en aquel año de 1954, convirtiéndose en Misionera de la Fe. Iba custodiada por la Venerable Hermandad de Labradores de San Isidro y Santa María de la Cabeza, que portaban cuatro varas que la acompañaron en su diligente caminar. 

La Calle Nueva se llenó de un gentió que rodeaba la imagen del seráfico padre San Francisco, que no procesionaba desde 1948, y que la esperaba impaciente al final de la calle. Acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista y la banda de música de la Agrupación Musical Orotava, tuvieron que silenciar sus intrumentos para escuchar la voz de una emotiva canción que fue entonada a mitad del recorrido. 

El encuentro con San Francisco no se hizo esperar y fue acogido con fuegos artificiales. Seguidamente, la procesión con ambas imágenes prosiguió su caminar en una bajada de la que hicieron una bellísima y envidiable postal para los asistentes. Cuando llegaron a la esquina de la calle Salazar, ambas imágenes partieron a toda prisa, pues las Hermanitas de la Cruz andaban ansiosas por ver de nuevo el divino semblante de Nuestra Señora, tan querida por esta Congregación en la Villa. La Virgen portaba sobre su brazo el rosario de su hábito, como una más de ellas. Las Hermanas entonaron la misma canción que cantarán tal día como ayer hace 25 años, cuando la Virgen fue a visitarlas tras ser coronada canónicamente. Así, las Hermanas de la Cruz quisieron entregarle a la Santísima Virgen un relicario que contiene dos reliquias, de Santa Ángela y de Madre María de la Purísima, para que lo llevase siempre con Ella como símbolo de su amor. 

Terminada la emotiva visita al Convento de Nuestra Señora de la Candelaria, las imagenes volvieron sobre sus pasos para llegar a la cercana Iglesia de San Francisco de Asís, donde fue llevado a cabo el hermoso recibimiento en la puerta del templo franciscano. Al finalizar los actos y estar la Virgen entronizada en el Altar Mayor, a la vera del Seráfico Padre, se llevó a cabo el Oficio de Completas, a cargo del Rvdo. D. Óscar Luis Guerra Pérez, como deleitoso preludio para lo que ha de acontecer durante el día de hoy.

J. H. M.